Alumbremos la luz de la gloria de Jerusalén, la Madre celestial, al mundo entero

La Biblia muestra que la luz gloriosa de la Madre celestial Jerusalén alumbrará al mundo entero.

Isaías 60:1-4 “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, […] Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. […] tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.”

El profeta Isaías escribió que en el futuro aparecerá quien alumbra la luz de la salvación y que la gente del mundo vendrá a esa persona con la esperanza de la salvación. La Biblia testifica que esa persona es Jerusalén del futuro, es decir, la Madre celestial (Isaías 62:6-7, Gálatas 4:26). Por las palabras de la Madre celestial, toda la humanidad puede recibir la salvación y discernir el camino verdadero del camino incorrecto sobre la verdad.

Actualmente, los miembros de la Iglesia de Dios están alumbrando la luz de la salvación de la Madre celestial en Europa, Asia, África, Oceanía, Norteamérica y Sudamérica. Algunas personas se burlan de ellos. Sin embargo, debemos recordar que la profecía de la Biblia se cumplirá sin importar las calumnias ni las burlas de los hombres (Isaías 14:24).

Salmos 20:7 “Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.” Y otra versión: La Biblia de las Américas (LBLA)

Salmos 20:7 “Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos. ”

La característica de aquellos que serán salvos es jactarse de Dios. Los antepasados de la fe que fueron salvos en la época del Padre se jactaron de Jehová Dios (Salmos 34:2). En la época del Hijo, los santos de la iglesia primitiva se jactaron de Jesús que vino en cuerpo. Como resultado, tres mil e incluso cinco mil almas pudieron arrepentirse y recibir la salvación (Hechos 2:21-41).

La historia del pasado es una lección para nosotros (Romanos 15:4). La época del Espíritu Santo designa esta época; si nos jactamos del Espíritu Santo y la Esposa, que son nuestro Padre celestial y nuestra Madre celestial, se puede cumplir la obra de la salvación.

Apocalipsis 22:17 “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

La Biblia testifica que el Padre celestial y la Madre celestial llamarán a toda la humanidad y les concederán la salvación. La salvación depende del poder de Dios, no de los hombres. La razón por la cual un árbol da frutos es porque ha recibido nutrientes de la raíz. Los frutos del Espíritu Santo nacen cuando confiamos en Dios y damos testimonio del Espíritu Santo y la Esposa, es decir, nuestro Padre celestial y nuestra Madre celestial, que son el núcleo de la salvación.

Hoy en día, hay muchas iglesias, pero solo la Iglesia de Dios da testimonio de la Madre celestial según la Biblia. Cuando los miembros de la Iglesia de Dios predican, sea dentro o fuera del país, algo que nunca olvidan es la verdad sobre la Madre celestial. El profeta Isaías llamó a estas personas: “Aquellos que glorificarán a Jerusalén” (Isaías 60:21).